Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2020

La naturalidad del amanecer

Hoy alguien me ha dicho que conocía a una persona que,  independientemente de la situación del momento, se detenía a contemplar el anochecer. Yo ahora me pregunto, por qué la naturalidad del amanecer que no es sino naturalidad del ser, se ve sesgada por la inmediatez, la velocidad. La espera se ha visto reducida a una mera coincidencia, un infortunio. He de contemplar, sentado, sin que nada ocurra en mi organismo por un casual: he perdido un autobús, estoy buscando a alguien, no han abierto el supermercado. La espera se me hace, sin embargo, algo maravilloso. La naturalidad del anochecer. Cuando esperamos a propósito, no nos distraemos, cuando esperamos a propósito, tenemos ese propósito. El propósito de ver el sol dormir que, aunque creamos que no hacemos nada salvo observar, viene a nosotros la reflexión, la admiración de la vida misma, que nace y muere cada pocas horas y que no nos dignamos a contemplar, por una supuesta falta de tiempo traicionera. El amanecer se ha ido. E